Felicidad

Congreso de la Felicidad
Los científicos estudian el concepto de felicidad apoyados por la filosofía clásica. Varios expertos analizan en un congreso el vínculo entre las emociones y la salud general.
“Aquí se toman en serio la felicidad, ya no es algo que buscamos tres chiflados” afirmó una espectadora durante el II Congreso Internacional de la Felicidad de Madrid, dirigido por el conocido divulgador científico Eduard Punset. Sin lanzar una definición ecuménica, varios expertos citaron a filósofos de la antigüedad y reseñaron estudios científicos actuales para establecer una relación directa entre el bienestar emocional y el estado de salud general.
“La felicidad es la ausencia del miedo”, afirmó Punset. Sin embargo, explicó que el miedo es imprescindible para la supervivencia del ser humano ya que genera adrenalina, tensa su cuerpo y lo prepara para escapar de una situación de peligro. “El miedo debe existir, pero en la dosis adecuada” y no dominar el estado emocional de una persona, puntualizó el doctor Mario Alonso Puig, investigador en cirugía de la Universidad de Harvard y autor de varios libros como Reinventarse: tu segunda oportunidad.
Si se entiende como un sentimiento estable de satisfacción con la vida en general, “la felicidad está en los genes”, aseguró el reputado psiquiatra de la Universidad de Nueva York, el doctor Luis Rojas Marcos, “si la humanidad pensara que vivir no merece la pena no se reproduciría”, añadió.
“Lo más interesante es que sean científicos los que hablan de las emociones” decía Macarena, una de las personas que, asistieron. Maria Dolores y Javier, un matrimonio que había venido expresamente desde Zaragoza, se alegraban de que se tratara el tema con naturalidad y de que “la felicidad ya no solo sea algo filosófico”.
Pero los clásicos no faltaron a la cita, desde Platón y Aristóteles, pasando por Jean Paul Sartre y por la Crítica de la razón pura de Immanuel Kant, ayudaron a los conferenciantes a transmitir que la felicidad no es un destino o un objetivo a alcanzar sino una manera de enfrentar la vida en general y los momentos de sufrimiento en particular.
Cuando se trata de emociones negativas, el hecho de hablar sobre ellas ayuda, porque “al codificar los sentimientos en palabras, estos pierden intensidad emocional”, explicó Rojas Marcos en su ponencia sobre los protectores de la felicidad. Entre estos, también señaló el ejercicio físico, que libera endorfinas, la capacidad de adaptación a los cambios o el sentido del humor como herramientas que ayudan a mantener un equilibrio vital y a no desmoronarse ante las desavenencias. El psiquiatra recomendó “diversificar las parcelas que te hacen feliz”, es decir, no tener una única fuente de satisfacción sino que esta proceda de diversos ámbitos como el trabajo, los amigos, la pareja o las aficiones.
Cristina Pop
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